Muchas gracias a
Birgitte, nez3, infectedmind, mayandra, eliana y MassHysteria, me encanta que os molestéis en leer la historia y dejéis vuestra opinión, me animáis a seguir escribiendo

. Y por supuesto también gracias a todos los que leen el legacy sin comentar

.
Bueno pues aquí os traigo la sigiente, espero que os guste:
La muerte de mi padre nos provocó a todos una gran tristeza. Muchos vecinos nos transmitieron sus condolencias y sus deseos de asistir al funeral de aquel pobre andrajoso venido de Bridgeport que había acabado llevando una muy respetable vida. Sin embargo, no nos apetecía llenar la casa de curiosos, así que decidimos darle un homenaje discreto y familiar.
Sin embargo la vida sigue y, aunque fuera difícil, no era momento para estar tristes. Había un nuevo miembro de la familia en camino. Resultó ser otra niña, a la que llamamos Cassandra, que había salido artística y distraída. Había salido muy parecida a Isabel.
Cassidy y su amigo de la infancia, Homero Lasarte, habían crecido prácticamente al mismo tiempo, y seguían llevándose igual de bien y quedando todas las tardes para hacer los deberes en casa de uno de los dos, aunque se pasaban la mayor parte del tiempo hablando.
Cassidy sólo tenía ojos para Homero (principalmente porque era el único compañero de clase que tenía), y comenzó a sentir algo más por él. Empezó a mandarle indirectas, pero el chaval se ve que además de poco agraciado no era muy avispado, y no entendía nada. Al final pilló las indirectas y cogió a Cassidy de las manos. ¡Que atrevido
!
Además, parecía que Cassidy había encontrado algo en lo que era buena a pesar de su torpeza. Los libros de música y la práctica con el xilófono durante su infancia la ayudaron mucho a aprender a tocar el piano.
Las pequeñas crecieron. Caroline pasó a ser una niña muy buena. Le preguntamos que iba a querer por su cumpleaños, y ella nos pidió dinero para donarlo a una ONG. Fue una acto que me hizo sentir orgulloso de ella desde el primer momento.
Cassandra pasó a ser infante, así que comenzo la tarea de siempre de enseñar a las pequeñas, a la que ya nos habíamos habituado por la práctica, aunque tengo que decir que esta vez tuvimos ayuda de sobra.
Cassidy seguía tonteando con Homero. Finalmente se dieron su primer beso en la casa de él después de una agotadora sesión de deberes.
A Isabel no le gustaba como iba la cosa, decía que su hija no pegaba nada con aquel chico. Yo pasaba bastante del tema, y además pensaba que no era más que la típica relación de adolescentes que tarde o temprano acaba, como lo mío con Latisha Vidal en mi juventud.
Para agrado de Isabel, la relación amorosa no se extendió mucho. Un día llegó un nuevo chico al instituto, y a Cassidy le gustó bastante. Estaban cada vez más unidos y los celos podían con el pobre Homero, que cada vez estaba más nervioso. Al final Cassidy acabó hartándose de rompió con él. Yo casi prefería a Homero, porque este nuevo chico, Máximo, ponía caras bastante siniestras.
Sin embargo, a Cassidy parecía gustarle, porque comenzó a salir con él poco después de dejar a Homero. El primer día fueron a una discoteca y allí mismo se besaron por primera vez.
Por otro lado, Isabel y yo echábamos de menos Shang Simla, donde habíamos pasado tan buenos momentos. Decidimos que era el momento de tomarnos unas vacaciones y volver a China para rememorar viejos tiempos y ocuparnos de varios asuntos pendientes. Una vez más, Isabel me sorprendió con su falta de temor a la hora de explorar, y gracias a ella pudimos vivir muchas aventuras y conseguir muy buenas reliquias.
Durante nuestra ausencia, pasó algo inesperado. Teresa, cuya carrera militar iba viento en popa, estrechó lazos con su jefe Didier Correiduría. Comenzó a invitarlo a casa y a alagarlo con el fin de conseguir ascensos.
Y entonces su cerebro sintético se dio cuenta de que se había enamorado de Didier. Cassidy los vió besándose en la terraza y se quedó super pillada. Entonces Teresa le propuso a Didier hacer una conexión de tipo USB (prefiero no pensar lo que es eso), pero él la rechazó, todavía no tenía claro que quisiera seguir con aquello, ya que ella, al fin y al cabo era un robot. Afortunadamente el sistema anti-choque emocional del cerebro de Teresa funcionaba perfectamente.
La relación de Cassidy y Máximo seguía viento en popa, y salían juntos siempre que podían. El pobre Homero no había superado su relación con Cassidy y seguía a la pareja a todas partes, mirándolos con rabia contenida.
Sin embargo, la ocupada vida amorosa de Cassidy no impedía que pasara tiempo con su hermanita Caroline, a la que solía llevar en su coche a pescar, actividad que la pequeña adoraba.
Llegó el cumple de Cassandra. Esta nos pidió un caballete para poder pintar, así que nosotros cogimos el viejo caballete de Brook del sótano y se lo dimos como si fuera nuevo. La pobre se puso la mar de contenta.
Al crecer había desarrollado el rasgo cleptómana. Sus inevitables actividades delictivas comenzaron, aunque con pequeños objetos: una lamparita por aquí, un reloj despertador por allá... nosotros, siempre que encontrábamos algo que no era suyo en su habitación, la obligábamos a devolverlo, aunque intentábamos no ser demasiado duros con ella, ya que era algo que no podía evitar.
El cumpleaños de Caroline llegó, y la ya no tan pequeña obtuvo el rasgo tímida. A pesar de algunos puntos negativos que tenía, me encantaba como evolucionaba la personalidad de Caroline. Una chica callada, pero con un corazón de oro.
Además creció bastante guapa, con la cara de su madre y el cabello de su abuela. Y también he de añadir un punto más a su favor, comenzó a interesarse por la jardinería, lo que a mi me venía de perlas porque estaba harto de estar pendiente de las plantas.
Bueno pues hasta aquí la actualización número 13. Para ser el número de la mala suerte, no ha sido tan mala ¿no? Bueno, lo que sí ha sido es bastante larga. Perdón
Bueno y muchísimas gracias a todos por leer, comentar y seguir el legacy, y espero que os guste este último avance.