¡Cómo me gusta este tema!

Mi madre tiene todo un repertorio de frases de este tipo, entre las que se incluye la que ha comentado Geles. xDDD Otros míticos (y repetitivos) ejemplos son los siguientes:
Eres una niñata rrrrepelente.
Remarcando bien la R, por supuesto.

¡Me estás poniendo negra!
Recoge tu habitación, ¿me has oído?
De ésta última destaco el "me has oído" porque es el factor irritante de la frase (¡ME SACA DE QUICIO!). Además, tiene la particularidad de que suele repetirse trillones de veces en un lapso relativamente corto de tiempo. Será que la pobre mujer querrá asegurarse de que no estoy sorda.
La siguiente es de las conversaciones más míticas que he mantenido con ella:
Mamá: Alexandra, baja a pasear a Betty.
Yop: Sí, espera 10 minutos, que acabo este e-mail y la bajo.
*3 minutos después*M: ¿Pero piensas a bajar a Betty o no?
Y: Mamá, me quedan 7 minutos, déjame tranquila un momento POR-FA-VOR.
*Otros 3 minutos más tarde, ya con el abrigo puesto y echando chispas por el pasillo*M: ¡Da igual, ya la bajo yo! ¡Es que SSSSSSSSIEMPRE me toca a mí!
Esta conversación es aplicable a cualquier otra tarea: quitar el lavavajillas, tender la ropa, poner la mesa... en fin. xDDD A ésta concretamente no le he cogido tirria porque me ha librado de muchas tareas.

Otra de sus frases más recurrentes (es de mis favoritas):
¡Un día me voy a declarar en huelga!
O su prima hermana:
¡Un día cojo la puerta y ME LARGO!
Otra que creo que hemos oído muchos de nosotros:
Yop: Mamá, ¿me compras una consola?
Mamá: ¡Ni consola, ni consolo!
Y, para acabar con mi mami, la frase que MÁS he oído de su boca desde que conoce mi insano vicio (y no se cansa la tía de repetirlo):
*Tono lastimoso y cara de entre pena y asco* Ayyyyy... ¿por qué no dejas de fumaaaaar?
También quiero añadir una que me soltaba mi padre cuando tenía unos 16 años y creo que más de uno habrá oído (es parecida a la del hotel):
¿Esto qué es, la ley de Santa Teresa: de la cama a la mesa?
Y otra que a mi hermano y a mí nos tenía atemorizados de pequeños:
*Apostado en la puerta* Pasa, pasa, si no te voy a pegar...
Naturalmente era una burda falacia. En cuanto atravesábamos la puerta con los brazos cruzados sobre la cabeza y corriendo lo más rápido que podíamos, el collejón caía. ¡Qué recuerdos!

Y no sigo porque sino me quedo aquí hasta mañana. xDDD ¡Qué GRANDES son los padres! Todas estas frases me las apunto pa cuando me toque a mí.
