
Sobre el capi comentar unas cosillas:
- He cambiado el formato de los diálogos a como los tiene Rucklia y otros foreros para que sean más fáciles de leer. Los personajes principales tendrán su color propio, mientras que los secundarios irán todos en gris.
- Es el último capítulo que se sitúa en los años 20, a partir de aquí daré un pequeño sato temporal hasta mediados/finales de los años 30.
- Por tanto he intentado cerrar una etapa y atar los cabos sueltos que tenía en relación al fundador. En el próximo capi haré un breve epílogo para acabar de aclarar algunos temas.
- En el próximo capi presentaré también a los hereder@s de la tercera gen. Por tanto igual tardo un poco en publicar porque en el juego voy exactamente por donde queda esta actu y tengo que poner a Pablo y Eva a tener niños a tope xDDD
Sin más, aquí os dejo la actu


Como supe después, aquella explosión me había roto varios huesos y me había provocado unas terribles quemaduras por el cuerpo y la cara. Para que no sufriese me tuvieron fuertemente sedado con morfina durante un par de meses.

Durante esos meses estuve prácticamente inconsciente. Y a decir verdad no recuerdo mucho de ese tiempo. Aun así tuve algunos sueños, soñé con Eva, con mi madre…

Por fin un día desperté. El primer rostro que vi fue el de mi hermosa Eva. Según me contaron después no se había separado de mí en todo este tiempo.

Poco después llegó mi hermana Helena. Me pusieron al día de todo lo ocurrido, al parecer no habían perdido el tiempo en estos dos meses.

Helena había encontrado, casi por casualidad, un diario de mi madre escondido en unas viejas maletas.

En el diario mi madre narraba sus últimos días. Explicaba con detalle la visita de Ana, las terribles verdades acerca de mi padre y su determinación para enfrentarlo y pedirle la nulidad. También contaba su miedo, temía que mi padre pudiera hacerle algo. Así que había contactado con un policía para que acudiese a vigilar la casa. Según Helena quizá ese policía había presenciado el asesinato de mi madre.

En los días siguientes, Ana se reunió con el agente Castillo, al parecer había descubierto quién estaba detrás de mi intento de asesinato y el lugar donde se reunían.
Ana: ¿Estás seguro que este es el sitio?
Abel (agente Castillo): No hay duda señora, este es el lugar donde se reunían esos dos.
Ana: Muy bien, y ¿qué has averiguado?
Abel: Mejor habla con mi contacto, es esa camarera que está ahí.

Ana: Así que tú eres la amiga del agente Castillo.
Camarera: Soy su colaboradora. Le serviré un copa señora.
Ana: Gracias, pero no vengo a beber.
Camarera: Sé muy bien porque está aquí. Quiere respuestas.

Camarera: No me andaré con rodeos, el hombre que busca se llama Carlos Dinastía.
Ana: ¿Estás segura?
Camarera: Por supuesto, por mucho que intente pasar desapercibido es difícil conseguirlo cuando eres el gobernador. Y más si vienes a un antro como este acompañado de gente poco recomendable.
Ana: ¿Quién era ese acompañante?
Camarera: No lo sé.

Camarera: Pero sus conversaciones eran muy interesantes… Planeaban un asesinato, el del hijo del gobernador.
Ana: Entiendo.

Ana: ¡Esto es demasiado! Ese hombre no tiene límites…
Abel: Lo importante es que nuestras sospechas se confirman.
Ana: Sí, ya falta poco para que ese malnacido esté entre rejas.
Abel: Por mi parte voy a prepararlo todo para la acusación fomal. Pero tenemos dos cabos sueltos, ese policía misterioso con el que contacto la difunta Sofía y el asesino contratado por el señor Dinastía.
Ana: El policía corre de tu cuenta. El asesino déjalo a nosotras, vigilaremos de cerca a Carlos.

Ana: Y eso es lo que he averiguado.
Eva: Parece que estamos más cerca del final.
Helena: Sí, pero al mismo tiempo las cosas parecen complicarse cada vez más.

Helena: Escuchad esto es lo que vamos a hacer: Eva, tu quédate con Pablo en casa y vigilad los movimientos de mi padre. Yo voy a hablar con Alejandro, tiene muchos contactos, quizá pueda ayudarnos. Y tú Ana colabora con el agente Castillo en todo lo que puedas.
Eva: De acuerdo.
Ana: Muy bien mis niñas, así se hará.

Esa noche salí de casa por primera vez desde que tuve el “accidente”. Fui con mi hermana y Eva a uno de nuestros clubs favoritos. Tenía ganas de volver a tomar una copa al ritmo del jazz.

Helena y Eva me contaron sus nuevas averiguaciones. Mi padre había intentado asesinarme… Al principio me negaba a creerlo, pero esta vez era diferente, algo dentro de mí me decía que era cierto.

Helena se fue pronto a casa, algo raro en ella. Y Eva y yo nos quedamos solos. Por fin después de tanto tiempo volvía a tenerla en mis brazos. Sin embargo había algo que me preocupaba…
Pablo: Mi querida Eva… Sabes que el "accidente" me ha dejado ciertas secuelas, por suerte los huesos han soldado bien pero las quemaduras me han dejado marcas de por vida…
Eva: Lo sé, pero eso me da igual, lo único que importa es que estás bien.
Pablo: Sí pero esta lo otro, lo de mi vista. Los médicos dicen que es muy probable que nunca la recupere. Estoy ciego… Y no es justo que tengas que pasar el resto de tu vida con un tullido… Si no quieres seguir conmigo lo entenderé… Yo…

Eva: Shhh… No digas más mi amor. Lo único que me importa es estar contigo.
Pablo: Entonces creo que va siendo hora de darte una cosa…

Pablo: Lo había comprado hace tiempo, pero con el accidente… En fin lo que quiero decir es…
Eva: ¡Oh dios mío!
Pablo: ¿Quieres casarte conmigo?
Eva: ¡Sí! ¡Claro que sí!

Y así fue como Eva y yo nos comprometimos. Aquella noche fui el hombre más feliz del mundo. Aunque de haber sabido lo que sucedería al día siguiente no hubiera sido así.

Al día siguiente los acontecimientos se precipitaron… Y todo el odio, la venganza y el dolor que se habían gestado en mi familia durante los últimos años salieron a la luz.
Carlos: No me vengas con excusas. Cometiste un error. Y ya sabes que yo no tolero los errores.

Alejandro: No fue exactamente un error señor Dinastía. Yo hice lo que me pidió pero el chico es más fuerte de lo que pensamos.
Carlos: Yo te pedí que lo matases y sigue vivo así que…
Alejandro: De acuerdo, lo haré muy pronto.
Helena: *No es posible lo que oigo… ¿Alejandro? ¡Él es el asesino! *

Carlos: Por tu bien espero que así sea. Quiero a mi hijo muerto antes de que termine la semana.
Eva: *¡Está hablando con su sicario! Si pudiera oír la voz que hay al otro lado del teléfono… *

Carlos: Y ten en cuenta no te daré otra oportunidad.
Alejandro: Me pondré en contacto con usted.

Alejandro: ¡Helena! ¿Cuánto llevas aquí? ¿Cómo has entrado?
Helena: Acabo de llegar -miente-. Venía a verte por lo de mi hermano y la puerta estaba abierta…
Alejandro: De acuerdo, no te preocupes.

Alejandro: ¿Quieres tomar algo?
Helena: Una copa de vino estaría bien. *Bien, parece que no sospecha nada*
Alejandro: Muy bien, espera aquí que ahora te la traigo. *Miente, ha oído algo…*

Helena: *Debo darme prisa* ¡Hola! Operadora, me puede poner con el último número con el que he hablado.

Helena: ¿Eva? ¿Eres tú?
Eva: Sí Helena, soy yo.
Helena: Escucha, no hay tiempo. ¿Sabes quién estaba hablando por el teléfono antes que tú?

Eva: Sí, fue tu padre y estaba hablando con…
Helena: Lo sé. *Esto lo confirma* Escucha, no hay tiempo. Alejandro es el sicario de mi padre.
Eva: ¿Tu Alejandro?

Helena: Sí, el mismo. Ahora estoy en su casa.
Eva: ¡Tienes que salir de ahí!
Helena: Lo sé, eso pienso hacer. Tú coge a mi hermano y salid de ahí también. Busca a tu madre y avisad al agente Castillo.
Eva: De acuerdo.
Helena: ¡Hasta pronto!

Alejandro: *Maldita zorra. Es más hábil de lo que pensaba. Lo sabe todo. Es una pena que esto termine así*

Helena: Me has asustado. No te oí llegar.
Alejandro: Lo siento preciosa.
Helena: ¿Y las copas?

Carlos: Vaya, vaya… ¿Vas a alguna parte pajarito?
Eva: Carlos… *¡Dios mío, tiene un arma!*

Alejandro: Es una pena que lo nuestro tenga que acabar así. No era lo que yo tenía planeado.

Carlos: Es una pena que esto tenga que acabar así. No era lo que yo tenía planeado. No quería ensuciarme las manos, pero tú me has obligado. -La agarra con fuerza por el brazo, mientras la apunta, y la lleva a otra habitación-

Alejandro: Tu futuro estaba junto a mí, como mi esposa. No bajo tierra…
Helena: Todavía estas a tiempo de cambiar de idea. Alejandro, baja el arma por favor.
Alejandro: No puedo, la casualidad se ha dado así. Y tú crees en las casualidades, ¿verdad?

Helena: No en las que me matan… Aun así quiero que sepas que nunca me hubiera casado contigo.
Alejandro: Ya veo, siempre tan altiva. Incluso cuando estás a punto de morir.
Helena: No es eso, ya te dije que estoy enamorada de otro.
Alejandro: ¡Ah sí! Del muerto jajaja

Pablo: Eva, ¿Estás aquí? Oí un ruido y…
Carlos: Vaya hijo, llegas en el mejor momento.

Eva: ¡Pablo, es tu padre! ¡Tiene un arma! ¡Corre!
Pablo: ¡Nooooooo! ¡Eva!

Helena: Así es, sigo enamorada de él. Siempre lo querré. Llevo mucho tiempo engañándome, refugiándome en el alcohol, las fiestas y la música. Intentando sentirme viva… Pero no me ha servido de nada, hace tiempo que estoy muerta, ya nada me importa. *¡Espérame Néstor! Pronto estaremos juntos*

Alejandro: Estás loca -La empuja-
Helena: Me alegro que al menos mi muerte sirva para encerrarte. Eva ya lo sabe y pronto todos lo sabrán…
Alejandro: ¡Cállate zorra!

Pablo: Padre por favor, es a mí a quien quieres. Déjala ir…
Carlos: Si me lo pides así… -Sonríe-

Carlos: Aunque porque conformarme con un premio cuando puedo obtener dos. Además no podría dejarla ir aunque quisiera, sabe demasiado.

Alejandro: ¡Hasta nunca mi querida Helena!
-¡Bang!-

Carlos: Es una pena hijo, si no te hubieras vuelto contra mí… Como tu madre. No hubieras acabado como ella.
-¡Bang!-

Ana: Esto es por mi hijo, por mi marido y por Sofía.

Alejandro: Ahora ya no estás tan habladora, ¿verdad?

Alejandro: ¡Jajajajajaja!

Pablo: ¡¿Qué ha pasado?! ¡Eva, ¿Estás bien?!
Eva: Ma- ma- ¡Mamá!
Pablo: ¿Señora Oliva?
Ana: La misma. Ayudadme a moverlo.

-Arrastran a Carlos y lo apoyan en la pared-
Ana: Te lo advertí, te dije que me vengaría… Pero me infravaloraste, siempre lo has hecho.
Carlos: Te equivocas, yo... Yo siempre… Te he querido, a mí manera… Eres la única a la que…
Ana: No te engañes Carlos, tú sólo te quieres a ti mismo.
Carlos: Me alegro que seas tú quien termine con esto…
Ana: Te vuelves a equivocar. Yo no soy como tú. Una ambulancia está de camino. Morirás entre rejas. Pagarás por tus crímenes.